Seré breve esta vez.
Y lo haré, básicamente, porque no quiero extenderme acerca de esta
historia triste y oscura que ahonda en la pobreza y que, para ser sincero, no
aportó mucho a mi vida. Un par de excelentes actuaciones. Un contexto de
pobreza extrema que nunca dejará de asombrar. Una metáfora interesante entre
unas bestias y una sociedad. Y un brillante trabajo de edición y montaje. Hasta
ahí…
No se trata de que la considere una mala película. Para nada. Muy
lejos de ello, creo que “Beasts of the Southern Wild” es una excelente pieza audiovisual,
con muchos aciertos y aportes estéticos y conceptuales. Pero es una historia que
pega muy duro y que, sencillamente, no dejó en mí más que desilusión y abatimiento.
Para ser honesto, me cuesta mucho explicar (inclusive a mí mismo) el
por qué de este rechazo natural hacia “Bestias del Sur Salvaje”, como fue
traducida esta cinta al español. Sin embargo, haré mi mejor esfuerzo para transmitir
la razón principal por la cual esta producción me dejó allí, estancado, con un
sabor amargo en la piel.
Mi respuesta comienza con una indefectible pregunta:
¿Para qué demonios vamos al cine?
En lo personal, si tuviera que responder a esa pregunta, diría que lo
hago para disfrutar historias
únicas. Y allí está, precisamente, mi punto de tranca con esta película: nunca llegué
a disfrutarla. Por el contrario, la padecí. Más bien sufrí con esta historia de
ausencias, de insalubridad, de sociedades marginadas, de subdesarrollo, de
peligros, de desolación, de hambruna, de limitaciones y, al final, de
“aprendizajes” forzados y ásperos.
Algo parecido me sucedió con “La Pasión de Cristo”, una película que sufrí
de principio a fin y que, sencillamente, no volvería a ver más nunca en mi vida
porque no cumple con el objetivo principal de ir al cine que, en mi caso,
repito, es disfrutar historias
únicas.
Sin embargo, sería una tontería de mi parte obviar los grandes
aciertos de esta producción cinematográfica nominada en cuatro categorías a los
premios de La Academia: Mejor Película, Mejor Actriz Principal (Quvenzhané
Wallis), Mejor Director (Benh Zeitlin) y Mejor Guión Adaptado.
Lo primero: dos excelentes actuaciones. La de un hombre terco,
trastornado y de temperamento agresivo (Dwight Henry) y la de su hija
(Hushpuppy), una niña de seis años de edad, que no entiende muy bien el por qué
su madre los abandonó y por qué vive una vida de pobreza extrema en los
márgenes externos de un gran dique. Esta niña (quien en la vida real aún no
cumple los 10 años de edad), se da el lujo de estar nominada a Mejor Actriz
Principal en esta entrega 85 de los Óscar.
Lo segundo: un ambiente de pobreza extrema que sorprende y que llama
la atención. Casi toda la historia está recreada en un pequeño poblado rural, a
las afueras de una ciudad, en la cual se construyó un gran dique con el fin de combatir
las inundaciones producto de las tormentas y del deshielo polar. En este
extraño y precario lugar, que no cuenta con las condiciones mínimas para vivir,
se desarrolla la película. Y para nosotros se hace sumamente interesante
observar una realidad que en muchos lugares del mundo, increíblemente, representa
una muy dura realidad.
Lo tercero: una gran metáfora que hace el director entre esta sociedad
que vive como “bestias”, y unas bestias enormes, congeladas desde la
prehistoria, simbólicas, y repletas de significados, que amenazan durante toda
la trama y, al final, aparecen frente a la pequeña Hushpuppy para rendirse a
sus pies. Podríamos pasar horas analizando este elemento que, considero, es el
mayor acierto de toda la historia. En resumen, una hermosa analogía entre el
pasado que fuimos y el futuro que podemos llegar a ser.
Por último: una edición fabulosa, la cual considero será el único
premio que se lleve esta cinta. Una película que, como dije al inicio, me dejó
un muy amargo sabor a desilusión y abatimiento.
En resumen, y para cerrar estas líneas, “Beasts of the Southern Wild”
resultó, para mí, una historia triste (aunque con grandes aciertos cinematográficos),
que muy pronto habré olvidado.
Me gustó mucho esta crítica. Muy acertada porque la historia no es muy alegre y optimista. Lo que sentiste con esta película, me pasó con "Amour". Un abrazo.
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