miércoles, 13 de febrero de 2013

Los Miserables


Sin duda alguna, esta nueva versión de “Los Miserables”, dirigida por Tom Hooper, es una gran pieza cinematográfica y musical. Y lo dice alguien que nunca ha sido amante de los musicales. Muy por el contrario: me aburren y me dan ganas de dormir.
Sin embargo, debo confesar que en esta ocasión sentí un profundo y honesto placer al ver una historia que contiene ingredientes contundentes y poderosos para esta entrega 85 de los premios Óscar.
El más evidente, desde mi humilde punto de vista: el Diseño de Producción. Para quienes no están familiarizados con el término de P.D. (Production Designer), les cuento que se trata de la persona encargada o responsable del “look” o la apariencia estética general de una pieza audiovisual.
De la mano del Director y del Director de Fotografía, el P.D. se encarga de guiar al equipo de vestuario, maquillaje, estilismo, efectos especiales, locaciones y demás para crear o generar una apariencia estética unificada y coherente en la historia. Esto, que se dice tan fácil, lo logra de manera indiscutible Dan Hennah, el P.D. de “Les Miserables”.
Este año, sin embargo, pienso que la competencia en esta categoría estará bastante reñida ya que las otras cuatro películas nominadas cuentan con Diseños de Producción sencillamente extraordinarios: Anna Karenina (Fantástico, verdaderamente remarcable), The Hobbit (Imponente), Lincoln (Preciso) y Life of Pi (Hermoso). Entre los tres primeros, de acuerdo a mi opinión, estará el ganador.
El segundo gran ingrediente de “Los Miserables”, a mi juicio, es el encuentro de dos grandes y memorables actuaciones: la de Hugh Jackman, (en el papel de Jean Valjean) y la de Anne Hathaway (como Fantine). El primero (Hugh Jackman), la tendrá complicada este año porque pienso que el premio ya pertenece a Joaquin Phoenix en su impresionante papel de un jorobado y esquizofrénico vagabundo llamado Freddie Quell (en “Masters”). Sin embargo, Hugh Jackman es un verdadero consentido de Hollywood, lo cual podría colocar la balanza a su favor.
Anna Hathaway, por su parte, pienso que ya tiene el Óscar en sus manos, no sólo porque su participación en “Los Miserables” es fabulosa; sino, además, porque tres de sus contrincantes (Amy Adams, Sally Field y Jacki Weaver) muestran, desde mi perspectiva, méritos insuficientes para estar allí. Tres papeles, sencillamente, poco notorios. La última del grupo, Helen Hunt, aunque podría ser su más cercana contendora luego de ese emotivo y honesto papel como “ayudante sexual” en “The Sessions”, creo que no le llega este año a la niña sorpresa del cine estadounidense. En este sentido, no tengo duda de que “Los Miserables” se llevará el Óscar a Mejor Actriz de Reparto.
Finalmente, hablar de “Los Miserables” es hablar del impecable trabajo musical que nos lleva a la compleja Francia del siglo XIX para sumergirnos en su más cruda realidad. Bárbaro. Contagioso. Emotivo. Memorable. Perfecto. Un trabajo musical nominado a Mejor Canción (Suddenly) y a Mejor Mezcla de Sonido. Para la primera categoría, se habla mucho de Adele (por su canción Skyfall). Para la segunda, sin embargo, “Los Miserables” será un fuerte candidato.

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