Cuando supe que “Hitchcock” tenía tan solo una nominación al Óscar (y
ésta en la categoría a Mejor Maquillaje), decidí dejarla para el final. De
hecho, comencé a verla con cierto desprecio. Supuse que no sería gran cosa...
Sin embargo, luego de haberme deleitado durante dos horas con esta
hermosa historia, puedo tan sólo decir que “Hitchcock” es mucho más que un
excelente maquillaje. En las líneas que siguen trataré de esbozar mis
argumentos.
La película (para entrar en contexto) cuenta un importante episodio en
la vida de quien, para muchos, fue el mejor director de la historia del cine:
Alfred Hitchcock. Se trata del proceso que vive este excéntrico cineasta al tomar
la decisión de realizar “Psycho”, una historia de suspenso - terror que se
mostraba como una apuesta demasiado arriesgada para la época, por la cual Hitchcock
no sólo tuvo que hipotecar su casa; sino que, además, estuvo muy cerca de
perder a la mujer de su vida.
Cuando comencé a ver esta historia, supuse que debía fijarme
únicamente en el trabajo de maquillaje que la Academia nominó, el cual es sin
duda una maravilla. Sin embargo, mi mayor sorpresa fue encontrar mucho más
debajo del panqué y del polvo.
Lo más resaltante: dos extraordinarias actuaciones. Primero, la de
Antony Hopkins en el papel de Alfred Hitchcock. Remarcable. Fabulosa. Imposible
de olvidar. 100% nominable. Segundo, la de Helen Mirren en el papel de la
esposa de Hitchcock. Perfecta. Impecable. Trascendente. Una interpretación que,
honestamente, no entiendo cómo no fue nominada. Basta tan sólo con ver la
escena en la que ella le responde a su esposo tras unas acusaciones que él le
hace. Una escena de esas que quedan en la memoria.
Por otra parte, la producción de este film se da el lujo de contar con
otras grandes figuras como Scarlet Johansson, Tony Collette y Jessica Biel.
Pero, además, es una película con un guión a la medida, con parlamentos
divertidos, profundos, precisos y potentes, con una dirección estupenda y con
una magia de esas que soñamos con encontrar en el cine cada vez que comenzamos
a leer los créditos iniciales de una película.
Finalmente, quisiera cerrar con una breve reflexión. Muchas veces las
premiaciones no son justas. Esa es la más pura verdad y debemos aceptarla. No
siempre se nomina a quien tiene más méritos y, en otras ocasiones, simplemente,
no gana el mejor. Lo importante, a fin de cuentas, es comprender que el hecho
de ser nominado o ganar el Óscar no es, necesariamente, lo más trascendente, ni
lo más substancial. Tal fue el caso de Alfred Hitchcock en los años 60 quien, a
pesar de que para muchos fue el mejor director de la historia del cine, jamás
ganó un premio Óscar.
“Hitchcock”, sin embargo, es una extraordinaria película que narra una
parte importante de su vida y que, desde mi más humilde y honesto punto de
vista, representa y merece mucho más que una nominación a Mejor Maquillaje…
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