Vi “Lincoln” hace aproximadamente una semana, pero no quise escribir
sobre ella hasta no ver todas las nominadas a Mejor Película para este 2013.
Hoy, mientras escucho las enardecidas protestas de unos veinte
estudiantes que decidieron encadenarse justo frente a mi oficina (a media
cuadra de la Embajada de Cuba) me siento frente a mi computadora y escribo mi
inútil veredicto: “Lincoln” será reconocida, desde mi ingenuo punto de vista, como
la Mejor Película del año.
No se trata de que me haya encantado. Me gustó. ¡Claro que me gustó! Y
mucho… Pero más allá de antojos estéticos o emotivos, pienso que “Lincoln” cuenta
con todos los requisitos para llevarse la última y más importante estatuilla de
la noche.
Les propongo algo. Hagamos un simple ejercicio de descarte basado en
mi arbitrario, ignorante, retrógrado y muy personal punto de vista.
La Academia nominó 9 películas, de las cuales comenzaré descartando a
“Amour”, una producción extranjera que, a pesar de ser una obra de arte, una
pieza única, muy profunda y con una personalidad cinematográfica remarcable, no
será JAMÁS la primera película extranjera en ganar en la categoría de Mejor
Película del año. Habría que ser muy ingenuo para imaginarlo. Nos quedan 8.
Descartemos ahora a “Beasts of the Southern Wild”. Una historia
sórdida, triste, muy oscura para mi gusto, con un tema interesante, pero sin el
alma, ni la fuerza suficientes como para llevarse el premio mayor. Nos quedan
7.
Saquemos de la lista a “Zero Dark Thirty”. ¿Por qué? Pues básicamente
porque pienso que se trata de una película cuyo mayor atractivo es el enigma o
el “morbo” que genera en nosotros de ver y atrapar al mayor terrorista de todos
los tiempos. De resto, una actuación sobrevalorada para mi gusto y una historia
más documental que cinematográfica. Lo único que realmente me preocupa de esta producción
es que fue escrita y dirigida por los mismos que en el 2008 ganaron Mejor
Película del año con “The Hurt Locker” (llevándose injustamente por el medio a “Avatar”).
Por eso me atrevo a descartarla de una vez: un error de ese tamaño no se comete
dos veces. Nos quedan 6.
Con todo el dolor de mi alma, saquemos ahora a la película que más
disfruté este año: “Silver Linings Playbook”. Una joya que, lamentablemente, a
pesar de tener dos grandes actuaciones, un guión fabuloso, una musicalización
increíble y un millón de sutilezas de esas que agradecemos quienes amamos el
cine, pareciera que no cuenta con ese “No sé qué” que la Academia requiere para
completar después de la frase “and the Oscar goes to…”. Nos quedan 5.
Descartemos ahora a “Argo”. Una muy buena cinta, que toca de forma
acertada un tema político, diplomático e histórico complejo, pero que en mi
desautorizada opinión no merece la estatuilla. Así de simple. Nos quedan 4.
En este punto, y como consecuencia de la obligatoria naturaleza del
descarte, no me queda más que sacar de mi lista a “Django Unchained”. ¡Lo
siento, Tarantino! Aún cuando disfruté sobremanera de esta película “fuera de
lote”, creo que la Academia no la premiará. No creo que esté preparada para
hacerlo. Nos quedan 3. Mis 3 finalistas.
Cualquiera de estas 3 películas podría ganar, pero reglas son reglas,
así que aquí comparto con ustedes mi orden final en este comprometedor proceso
de descarte. Saquemos ahora a “Life of Pi”.
“Life of Pi” fue, junto con “Silver Linings Playbook”, la película que
más me gustó en esta competencia que regula la Academia. Si en mis manos
estuviera el voto, se lo daría a ella. Sería mi gran ganadora. Pero como sólo
tengo voz y no voto, y como mi única intención es tratar de adelantarme un poco
a lo que sucederá el 24 de febrero, se me hace indefectible descartarla. Ojalá
me equivoque…
Quedan 2: “Los Miserables” y “Lincoln.”
En este punto final, pienso que las dos tienen las mismas
posibilidades. Dos grandes producciones con méritos, aciertos, memorabilidad, alma,
historia, arte y gloria. Sin embargo, para cerrar este doloroso proceso de
descarte, me atrevería a sacar a “Los Miserables” y, así, dejar como la gran
ganadora de la noche a “Lincoln”.
“Lincoln”, en mi opinión, es una gema que todo lo tiene para ser
reconocida como “La Mejor”. Digámoslo de forma clara y contundente, sin pelos
en la lengua. “Lincoln” es una película fotografiada por Janus Kaminski, tal
vez el mejor Director de Fotografía de todos los tiempos. Pero es, además, una
producción dirigida por Steven Spielberg, quizás el Director más importante de
la industria. Una película protagonizada por los dos veces ganadores del Óscar (Daniel
Day Lewis y Sally Field), sin contar con la brillante actuación del ya inmortal
Tommy Lee Jones. Una cinta que, como si todo lo anterior fuese poco, cuenta con
la música del más grande: John Williams. Pero, lo más importante de todo, una
película que llega, una película que toca y una película que se queda. Así de
grande…
Esta fue, en resumen, mi más riesgosa predicción y, a fin de cuentas,
mi opinión acerca de “Lincoln”, mi gran candidata para el Óscar. Dentro de 10
días exactos, después de la media noche, sabremos cuán equivocado (o acertado)
estaba.
Por ahora, seguiré pendiente de ver qué sucede con estos estudiantes
encadenados a la puerta de nuestra oficina que han decidido hoy, 14 de febrero
del 2013, día de los enamorados, posponer la celebración del amor propio para
celebrar el amor por su patria.
Pronto sabremos el final de estas dos historias…
¡Nos vemos mañana o, tal vez, el próximo 24 de febrero en la noche!
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